lunes, 12 de junio de 2023

RUTA DE LOS MOLINOS DEL RÍO MERÓN

Para llegar al comienzo de la ruta desde el centro de Asturias tenemos dos opciones, ir por Villaviciosa o por Gijón. Nosotros elegimos la primera, saliendo por la autovía A-66 , pasar a la A-64 hasta la entrada de Villaviciosa, donde pasamos a la carretera AS-256 y posteriormente a la VV-4 hasta Argüero, donde aparcamos al lado de la iglesia.
 

Esta ruta figura en nuestra carpeta de pendientes desde hace varios años y no la habíamos realizado por los comentarios desfavorables que nos llegaban. Ahora, gracias a Cienfuegos el Caleyeru que la hizo recientemente y nos hacer ver que ha sido mejorada con bastantes puentes y limpiada, allá que nos vamos.
 

Empezamos a caminar desde la Iglesia de San Mamés y, aunque podíamos hacer en ambas direcciones por ser circular, volvemos hacia el pueblo de Argüero, retrocediendo un par de kilómetros por la carretera que hemos llegado, hasta encontrarnos con el río Merón. (En este tramo, encontramos por dos veces indicaciones para ir a la derecha. Efectivamente, podemos ir a la ruta por estos desvíos, pero no empezaremos desde el principio, si no más adelante.)
 

En el panel de comienzo de la ruta, nos vamos a la derecha e inmediatamente otra vez a la derecha para cruzar el río y, ahora, a la izquierda.
 


Caminamos por sendero a la orilla del río (arroyo) y poco después de pasar una portilla metálica nos encontramos con el molino de Modesto Tanganu.
 

Molino de Modesto Tanganu

Donde, en el pasado, se tenían que hacer constantes vados por las piedras del río, ahora hay puentes que facilitan mucho el paso.
 

Continúan los molinos y los siguientes son L´Aturiellu y el de Perote, este último al lado del barrio del mismo nombre.
 


Continúan los puentes y, de improviso, nos encontramos con una gran secuoya en un claro del sendero.
 


Siguen los puentes y los molinos y ahora es el turno del Molín Requexau que, por fuera tiene buen aspecto, pero su interior es un basurero.
 

Molín Requexau

Sigue el Molín Campu, en completa ruina y oculto entre la maleza y los árboles.
 

El río, que tiene muy poca agua, continúa su silencioso caminar, pero algunas veces, da unos pequeños saltitos, como queriéndonos indicar que cuando tenga más agua lo hará con verdadera fuerza.
 

Pero, al igual que el río, nosotros continuamos nuestra ruta, mientras dejamos al lado más molinos como el Ferbeyón, el de Cerilo y Carbonera.
 
Molín Ferbeyón

Molín Cerilo

Molín Carbonera

Capítulo aparte merece el molino El Vayu, que ha sido rehabilitado y convertido en una muy bonita vivienda.
 
El Vayu

Molín Posada

Durante parte del recorrido, son muchas las libélulas que revolotean a nuestro alrededor, pero, ahora se han vuelto más atrevidas y juegan con María Teresa.



Continuamos y vemos el Molín Nuevu que de nuevo tiene muy poco, El Molín La Peña del que solo vemos el cartel indicador del lugar que debió ocupar, el Molín Hevia que solo queda una pared y el Bastiana que está igual que el anterior.
 
Molín Nuevu

Y después de muchos más puentes y estos últimos restos de molinos, llegamos a la hermosa playa de Merón.
 


Playa de Merón

Comemos sentados en las piedras a entrada de la playa y toca seguir caminando hasta el próximo objetivo del día.
 

Vamos por la carretera que habría de llevarnos a Agüero, pero en menos de 200 metros encontramos un camino a nuestra izquierda que, en fuerte pendiente, hace que nos elevemos hacia el barrio de Bustiello.
 


Cuando estamos en la parte más alta de la ruta, nos sucede la anécdota del día. Paramos para admirar una hermosa casa, con su cuidada finca y sus muchas flores y un perro sale a ladrarnos desde la parte de dentro, y detrás de él sale el dueño, con la sorpresa de que son un matrimonio amigos nuestros. Es obligada una gran parada para charlar con ellos.
 

Después de un largo rato, no queda más remedio que continuar y nos vamos camino del mirador. Un banco, una escultura, el acantilado y unas preciosas vistas a la costa, que en días de buena visibilidad, permiten ver Gijón.
 


Volvemos a la pista principal y vamos en busca de una cascada que hay en la cercanía.
 

Hay que bajar por un sendero en busca del Arroyo de la Berguerana y ya empezamos a mosquearnos al ver que apenas lleva agua.
 

Efectivamente, lo que debía ser una gran cascada de tres saltos, apenas tiene un hilillo de agua y nos quedamos con las ganas de ver la cascada La Mexona.

 


Volvemos sobre nuestros pasos para cruzar un puente y subir hacia Argüerín y llegar a la iglesia de San Mamés, donde comenzamos la ruta hace unas cuantas horas.
 



Iglesia de San Mamés de Argüero

La ruta en el mapa del IGN

Perfil de la ruta

Han sido 13,13 kilómetros en 6 horas y 40 minutos.
Ganancia en altitud 361 / -350 metros.
Pendiente máxima 40,3 / -33,0 %
Pendiente media 6,4 / -5,7 %
Tiempo en movimiento 4 horas y 18 minutos.
Altura máxima y mínima 182 / 10 metros.
Hicimos la ruta el 1 de junio de 2023