Después de hacer la Ruta de la Reconquista desde Oviedo a Covadonga, el grupo decide continuar camino hasta Santo Toribio de Liébana donde es año Santo.
Yo no puedo caminar, pero los acompaño en transporte, hasta que llega este día final de la ruta y decido hacerla caminado con los demás, puesto que es bastante sencilla.
En los datos y gráficos sólo figura la ida, ya que a la vuelta nos paramos mucho tiempo en Potes.
Comenzamos a caminar en Ojedo, donde habíamos quedado la noche anterior, para caminar algo más de trescientos metros por la acera de la carretera con dirección a Potes.
Iglesia de San Sebastián de Ojedo
Tras pasar una rotonda, abandonamos la carretera y bajamos hacia el río Deva que cruzamos por un puente para continuar por una buena pista en su margen izquierda.
Río Deva
A nuestro lado tenemos el pueblo de Ojedo y un poco más lejos ya vemos Potes, donde entraremos volviendo a cruzar un puente sobre el río Deva.
Ojedo y Potes
Sin detenernos en la localidad, pasamos a la carretera CA-185 y, pocos metros después, tomamos la pista que nos ha de llevar al Monasterio de Santo Toribio.
La pista es muy buena y, mientras comienza a empinarse, vemos entre la niebla los Picos de Europa en su parte oriental.
Monumento al peregrino
Continuamos la subida hasta dar vista al Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Monasterio de Santo Toribio de Liébana
Puerta del perdón
Después de las visitas de rigor y unas explicaciones sobre la historia del lugar, bajamos hacia Potes. Aunque tenemos allí el autobús, lo hacemos andando para hacer algo más largo el paseo.
Mientras bajamos, volvemos a ver al peregrino, al que adelantamos ya que baja más despacio que nosotros.
Paramos mucho tiempo en Potes para pasear y tomar el aperitivo, y, después, continuar camino hasta el comienzo de la ruta donde tenemos encargada la comida.
Iglesia de San Vicente en Potes
La ruta en el mapa del IGN
Perfil de la ruta
Han sido 4,87 kilómetros en 1 hora y 38 minutos. (Sólo la ida; otro tanto la vuelta)
Para llegar al comienzo de la ruta desde el centro de Asturias, tomaremos la autovía A-66 en dirección a Gijón y en el nudo de Serín continuamos por la A-8 en dirección a Galicia. Tomamos la salida 397 y continuamos por las carretera AS-110 hasta llegar a Candás y aparcamos en el puerto.
Desde el puerto, comenzamos a caminar hasta la rotonda donde se encuentra la escultura "La Marinera" que es obra de Antón.
Puerto de Candás
Escultura de La Marinera
Pasamos delante de la escultura y, a los pocos pasos, vemos una calle que sube alejándose de la carretera general, y vamos por ella.
Casi de inmediato, se estrecha y toma una pendiente muy considerable, lo que nos permite observar todo Candás por encima de sus tejados.
Este camino por el que venimos, se incorpora a la CE-8, que actualmente se encuentra cerrada al tráfico por obras, y en pocos metros nos encontramos con la Ermita de San Roque, del siglo XVI y cuya fiesta se celebra cada 16 de agosto.
Ermita de San Roque
Llegamos al Mirador de La Formiga, desde donde tenemos unas extraordinarias vistas que van desde las playas de Candás y llegan al Sueve y a Los Picos de Europa.
Playa de la Palmera
Mirador de La Formiga
Camping de Perlora y, al fondo, Ciudad de Vacaciones de Perlora
Empezamos a bajar hasta el paseo marítimo y llegamos a la bahía de Perán, al lado del Camping de Perlora.
Bahía de Perán
Por el Paseo Marítimo volvemos hacia Candás, pasando por las playas de La Taluxa, La Palmera y ya dentro de la población, La Pregona.
Playa La Taluxa
En el Mirador de la Palmera encontramos una señalización de las Rutas Clarinianas que ya hicimos hace bastante tiempo.
Mirador de la Palmera
Al lado se encuentra La Farola, que era un antiguo faro para guiar a los pescadores y, a continuación, la playa La Pregona.
La Farola
Playa La Pregona
Llegamos al puerto y, en lugar de ir al aparcamiento, tomamos unas escaleras que nos llevan al monumento "La mina y la mar", con placas de hermanamiento con otros municipios asturianos.
Monumento "La mina y la mar"
Siguiendo las escaleras nos topamos con el Museo Antón y el conjunto escultórico del exterior.
Museo Antón
Por bonitos y cuidados senderos, vamos subiendo por La Punta el Cuernu, en busca de la Ermita de San Antonio y el Faro de Candás.
Al llegar a lo más alto, nos encontramos con la Ermita de San Antonio que, desde hace unos cuantos años, tiene nuevo emplazamiento por el peligro de caer por el acantilado en su anterior localización.
Ermita de San Antonio
En la siguiente fotografía se observa el acantilado, a cuyo borde se encontraba la ermita antes de su traslado.
Unos pasos más y llegamos al faro de Candás.
Faro de Candás
Abandonamos el lugar y seguimos, por camino asfaltado, bordeando varias edificaciones educativas hasta un desvío a la derecha que nos lleva a un precioso mirador sobre el mar y situado bajo el Faro.
Mirador al pie del faro (no sé si tiene nombre)
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el Parque Inglés y continuamos la senda costera.
Parque inglés
Desde que nos encontrábamos en el mirador, vamos dando una vuelta de 180º para bordear la playa Rebolleres, por un camino en subida y que nos lleva hasta el cementerio.
Playa Rebolleres
Playa Rebolleres
Por marcado sendero en los prados vamos caminando con dirección norte en busca de la playa de Antromero, pero sin llegar del todo a ella nos encontramos con unas muy buenas instalaciones del Proyecto Hombre en el lugar de La Piedra, donde nos vamos por asfalto hacia la carretera AS-388, en el límite entre Candás y Antromero.
Playa de Antromero
Ermita de San Pedro en Antromero
Tenemos que caminar algo más de un kilómetro por la acera de esta carretera, hasta llegar ante la iglesia de San Félix de Candás.
Iglesia de San Félix en Candás
Bajamos por la escalinata en el lateral de la iglesia y llegar a la plaza de La Baragaña, que es, posiblemente, la más importante de la localidad y centro neurálgico.
Ya enfocamos la calle Braulio Busto que baja hacia el mar, pasando por delante del Ayuntamiento.
Ayuntamiento de Carreño
En el aparcamiento del puerto, damos por finalizada esta bonita ruta, que comenzó con un día cargado de nubes y frio y que finaliza con sol. El ambiente en Candás es estupendo y solo nos queda tomar el aperitivo en una de las muchas terrazas, antes de volver a casa.