martes, 30 de junio de 2020

FUCIÑO DO PORCO


Esta ruta se encuentra en la Marina Lucense y más concretamente en el municipio de O Vicedo, y se extiende entre la playa de Abrela y la Punta Socastro, siempre al lado de la ría de Viveiro en su desembocadura al mar.



Comenzaremos en la playa de Abrela, donde hay bastante espacio para aparcar y un buen área de recreo para comer a la vuelta de la ruta. La Playa es grande, muy bonita y con arena fina muy clara, a cuya entrada se forman unas dunas bastante cuidadas.


Playa de Abrela

Playa de Abrela


El principio es por asfalto con "pindia" subida dentro de una preciosa zona turística donde encontraremos muchas  hermosas casas, que apunta a ser segundas residencias.




Al llegar a la entrada de la parroquia de Os Corgos, se encuentra el panel indicativo de la ruta, que nos indica nuestro desvío a la derecha por un camino de tierra entre eucaliptos.




En menos de trescientos metros desde el panel anterior, vemos una desviación a la derecha, que vamos a tomar para dirigirnos a la playa de Alegrín.



La playa es bastante rocosa y al final del camino nos encontramos con una pequeña grúa, posiblemente para subir las lanchas, y una cuerda para ayudarnos en la bajada a la playa, dado lo escarpado del acceso.


Playa de Alegrín

Volvemos al camino principal y, de nuevo, encontramos desvío a la derecha, también sin señalizar, y que nosotros vamos a hacer para asomarnos a los acantilados del otro lado de la playa que acabamos de visitar.




A todo esto, la niebla sigue sin levantar, lo que nos impide ver al otro lado de la ría, pero no lo más cercano a nosotros.




Y allí abajo vemos los restos de la cetárea de Medas do Castro. Por más que miro, no veo la manera de cómo podía sacar los productos, si no fuese en lancha por la playa de Alegrín.


Cetárea de Medas do Castro

Vuelta al camino principal y tenemos tiempo para observar una plantación de eucaliptos cortada hace poco y comprobar como del tronco cortado sale en poco tiempo un nuevo árbol . . . .



. . . . que se ve acompañado pronto por varios más alrededor del tronco principal . . . .



Hasta convertirse en un nuevo bosque que crecerá con prontitud.




Seguimos caminando y ya nos encontramos cercanos a la Punta Socastro, pero aún no vemos casi nada por culpa de la niebla persistente, que entra y sale con especial rapidez.




Parece que la niebla nos va a dar una pequeña tregua para hacer los últimos pasos por unas cuidadas pasarelas y poder acercarnos al final, con una fuerte bajada y la siguiente subida.


Punta Socastro



A nuestra derecha tenemos el islote Gaveira que no pudimos ver durante el camino, a pesar de tenerlo muy cerca y que ahora apreciamos gracias al receso de la niebla y a la técnica fotográfica.


Islote Gaveira




Llegamos al final de la ruta, donde se encuentra una baliza que servirá de ayuda a los marineros que quieren entrar en la ría de Viveiro.




Tenemos que dar la vuelta y desandar todos los tramos de escaleras de la ida.



Vemos un poco más que antes y descubrimos la playa de Pereira.


Playa de Pereira y Punta Lodelas



A punto de llegar al final de la ruta, que es también principio, vemos a lo lejos la playa de Area.


Playa de Area

Playa de Abrela

La ruta en el mapa del IGN

Perfil de la ruta
Han sido 7,66 kilómetros en 3 horas y 14 minutos.
Ganancia en altitud 235 / -228 metros.
Pendiente máxima 57,7 / -56,7 %
Pendiente media 9,5 / -9,5 %
Altura máxima y mínima 92 / 4 metros.
Hicimos la ruta el 23 de junio de 2020

jueves, 25 de junio de 2020

RUTA MITOLÓGICA AL MIRADOR DE SANTA CATALINA (Cantabria)


Para llegar al comienzo de la ruta saldremos desde el centro de Asturias por la autovía A-66 hasta el enlace de Serín, donde pasaremos a la A-8 hacia Cantabria. En Unquera la abandonamos y continuamos por la carretera N-621 hasta la Hermida donde seguiremos por la CA-282 hasta el pueblo de Piñeres donde se encuentra la Ermita de Santa Catalina, que será el comienzo de la ruta.



Aparcamos y comenzamos a caminar junto a la Ermita de Santa Catalina, donde tenemos bastante sitio para dejar nuestro coche, lo que no sucedería cuando bajamos, dada la gran cantidad de vehículos llegados.


Ermita de Santa Catalina

Un primer tramo lo hacemos por la carretera que sube al mirador, hasta que encontramos el panel de comienzo de la ruta.




Roblón

Roblón
 
Es grande y parece el tronco viejo de un roble. Luce larga cabellera de hierba, frente ancha y rugosa, brazos y piernas formadas por ramas de fresno.
Es la simbiosis entre un árbol y una joven que un día de tormenta se refugió en un hueco de su tronco. Al sentir el roble la tibieza de su cuerpo la abrazó mortalmente y absorbió toda su esencia.
Recorre montes y montañas destrozando todo lo que encuentra a su paso; cabañas, arbustos, paredes y sobre todo fuentes que seca para alimentar sus enormes raíces.


Ojáncana
Es la pareja del Ojáncano y le supera en maldad. Es muy similar a su compañero, la cara achatada, su pelo es oscuro y siempre está sucio y enmarañado. De su gran boca surgen dos puntiagudos colmillos como un jabalí que meten miedo. La piel la tiene escamosa y con grietas. De las verrugas, que pueblan su cuerpo, salen pelos muy duros. Una de sus características más significativas son sus grandes pechos que lleva colgando a la espalda cuando caza y corre.
Le encanta cazar a los niños perdidos en los montes. Para ella es el mejor manjar. Y cuando no encuentra niños tiene que alimentarse de animales.
Vive en cuevas oscuras y profundas.

Arquetu
Es un señoruco viejo y delgaduco, tiene el pelo largo y rojizo, viste una túnica blanca con pinceladas moradas. Sobre su hombro izquierdo lleva una taleguilla de color nube y debajo del brazo derecho abraza una arquita de oro con refuerzos de plata.
Camina despacio y sin rumbo fijo
No le gusta que los humanos malgasten su dinero en vicios. Cuando se encuentra con alguien que perdió su dinero en juergas o apuestas y está arrepentido, le da consuelo y le ayuda sacando una onza de oro de su arca, no sin antes echarle una buena reprimenda. Si vuelve a recaer en sus vicios le condena para siempre a pedir limosna por los caminos.

Pecu Ave
Es mitad hombre mitad ave. Tiene nueve dedos en una mano y sólo dos en la otra. Es bizco y de su frente sale un cuerno con la punta blanca. La cabeza y el lomo los tiene grisáceos. Las alas son idénticas a las del gavilán y la cola ancha como una escoba.
Nació como un niño con feas malformaciones, un día harto de ser ridiculizado por sus compañeros de clase mató a uno de ellos empalándolo contra la pared e hirió al maestro, tras este terrible suceso Pecu se transformó y huyo a esconderse en los montes.
Tira los huevos que encuentra en nidos de otros pájaros para depositar allí los suyos y así asegurar que sus crías prosperen.
Es malvado con las mujeres ya que Pecu decide cuando han de casarse.
"Pecu, Pecu, Pecu, colita de escoba: ¿Cuantos años quedan para mi boda?"

Musgoso
Es un hombre alto y delgado, cabello largo y barba de color oscuro. Viste un abrigo y sombrero de musgo y hojas. Siempre lleva colgando un zurrón donde lleva su flauta de madera desconocida. En sus pies calza zapatos de piel de lobo.
Cuida del bosque y avisa de la presencia del Ojáncano. Ayuda a los pastores a reparar sus cabañas y les avisa tocando la flauta cuando se aproxima la tormenta para que puedan proteger a su rebaño.
Vaga por los bosques tocando su flauta. Sus melodías son tristes y a la vez armoniosas. Y por las noches se dedica a silbar.

Trenti
Es un duendecillo que vive en el bosque. Su ropa está hecha con musgo, hojas y raíces. Por lo que no es fácil descubrirlo. En invierno vive al abrigo de cuevas y en verano bajo el frescor de los árboles.
Se alimenta de maíz y frutos que encuentra en el monte (endrinas, arándanos y moras).
Se oculta entre bardales y matos para tirar de las faldas y pellizcar las pantorrillas de las muchachas que andan por el monte, para correr a esconderse entre la maleza.
También ayuda a los pastores a encontrar el ganado perdido y a las personas mayores que no pueden valerse por sí mismas.

Verdaderamente el Trenti está perfectamente atendido en su alimentación por la gran extensión de arándanos que hay en la zona



Guajona
Es una bruja vieja y pequeña. Es delgada y con aspecto siniestro. Viste con un manto negro que la cubre de la cabeza a los pies.
Su cara es amarillenta y rugosa, llena de pelos y verrugas. Sus ojos son pequeños y brillantes. De su boca sale un solo diente largo y puntiagudo que le llega hasta la barbilla. Sus manos están ennegrecidas y rugosas. Sus pies se parecen a las patas de las aves.
Dicen que vive escondida bajo la tierra y solo sale de noche, aprovechando la oscuridad para entrar en los hogares son hacer ruido y chupar la sangre de los niños y jóvenes, provocándoles en su piel un extraño color pálido.
A pesar de esa malvada costumbre, la Guajona no pretende matar a sus víctimas, solo alimentarse de ellas.

Caballucos del Diablo
Son seres que aparecen en la noche de San Juan entre llamas y humo. Haciendo un ruido atronador con bramidos infernales desatados después de un año de inactividad.
Su aspecto es el de grandes libélulas con alas larguísimas, tienen patas con fuertes espolones y sus ojos relucen como brasas incandescentes. Van montados por jinetes diabólicos que vuelan veloces por los cielos de Cantabria.
Dicen que los Caballucos son siete y que vienen directamente del infierno. Eran hombres que por sus maldades `perdieron su alma y se vieron obligados a recorrer Cantabria por toda la eternidad. Cada uno es de un color y el rojo lo monta el diablo.
Son los responsables de los incendios y de destrozar las tierras de labranza. Hacen que se caigan las hojas de los árboles con su resoplido fuerte y gélido.

Tentirujo
Es un duende malicioso y lujurioso con la capacidad de hacerse invisible.
Tiene las manos largas y la piel parduzca. Sus orejan son puntiagudas. Viste ropas de colores rojizos y cubre su cabeza con una boina con un rabo tieso.
Le gusta pervertir a las mozas solitarias, buenas y obedientes mediante caricias que realiza ayudándose de una raíz de mandrágora. Estas jóvenes cambian su comportamiento y se vuelven alegres y apasionadas.


Y, mientras vamos subiendo hacia el mirador por buena pista con más o menos pendiente, estamos distraídos aprendiendo  parte de la mitología de Cantabria y nos maravillamos con la gran cantidad de personas que hacen la ruta, con muchísimos niños de corta edad.


Ojáncano
Es el ser más cruel y malicioso de todos. Es enorme y de aspecto desagradable. Sólo tiene un ojo en el centro de la frente y rodeado de verrugas. Su cabeza es enorme, adornada con una gran nariz y una gran boca poblada de dos filas de dientes. Sus manos y pies son muy grandes, con diez dedos por cada miembro, que terminan en unas afiladísimas uñas. Su debilidad es una cana blanca que tiene en la barba.
Lleva en su mano derecha un bastón negro que puede transformarse en lobo.
Entre las maldades que realiza destacan las de derribar árboles, cegar fuentes, robar ovejas, raptar a jóvenes pastoras, destruir puentes y arrastrar peñas hasta las brañas. También siembra el rencor, la soberbia y la envidia entre los lugareños.
Su alimentación es variada, come bellotas, hojas de acebo, ovejas y vacas. También pesca truchas y caza golondrinas y murciélagos.

Anjana
Es el hada buena llena de virtudes hermosas. Se viste con túnicas de seda blanca y calza sandalias. Lleva un báculo mágico que utiliza para apaciguar a las bestias y para realizar curaciones.
Realiza hechizos que reparan el alma y calman el dolor. Cuida del bosque y de los animales que viven en él.
Sus perfumes son las manzanillas, el romero y los laureles. Su voz parecida al canto del ruiseñor. Sus cabellos largos están adornados con lazos de seda y peines de coral.
Viven en cuevas con el suelo de oro y las paredes de plata. Rodeadas de flores silvestres.
Es respetada por todos, incluso por el Ojáncano que sale huyendo cuando la Anjana aparece.

Anjana

Trastolillo
Es un duende que vive muy cerca de los seres humanos. Son los protectores del hogar.
Tiene facciones pícaras, su cara es de color oscuro, el pelo largo y ojillos verdes. Colmillos retorcidos, un rabillo que apenas se ve y pequeños cuernecillos que adornan su frente.
Son revoltosos y juguetones; esparcen la harina, beben la leche recién ordeñada, esconden las cosas, abren los cerrojos de las ventanas para que se abran por la noche.


Enanuco Bigarista
Es generoso, no le gusta nada la avaricia y la codicia. En muchos casos es aliado de las Anjanas.
Es pequeñuco, tiene orejas puntiagudas, barba, manos y pies grandes. En su cabeza lleva un sombrero blanco típico de los enanos y los gnomos.
Toca el bígaro, instrumento musical de viento hecho con una gran concha marina.
Se dedica a ayudar a la gente necesitada. Da consejos cuando los humanos tienen problemas.
Pero cuidado, si alguien les ofende o engaña, se vuelven malvados.

Cúlebre
Es un ser mitad dragón mitad culebra. De cabeza ancha con grandes y potentes mandíbulas llenas de enormes colmillos y una lengua bífida. Tiene una gran cresta escamosa que se extiende desde la cabeza a la cola. Sus fuertes patas disponen de garras afiladas. Su cuerpo está cubierto de escamas durísimas. Sus alas son similares a las de los murciélagos. La cola es tan poderosa que puede partir en dos a un caballo.
Viven en grutas de muy difícil acceso localizadas en acantilados y zonas rocosas donde guarda tesoros.
Cuando sale de su cueva provoca tempestades y desata el terror entre las gentes.
Comen vacas enteras y una vez al año devoran a una doncella.

Llegamos a una zona de antenas adonde se puede llegar en coche por la carretera, pero nos perderíamos todo el espectáculo de las figuras mitológicas, que no se acaban aquí, y por ello tenemos que seguir subiendo hacia la izquierda y obviado la zona de aparcamiento.




Osa de Ándara
Es una mujer-osa que tiene las manos y las piernas grandes como los osos y es buena . . . menos cuando te metes con ella.

Solo nos queda un pequeño tramo muy pendiente, de escalones tallados en el suelo, para llegar a la parte más alta conocida como la bolera del Moro.



En este lugar había una fortaleza defensiva, a comienzos de la Edad Media. El nombre, según la leyenda popular, se debe a que jugaban con bolos y bolas de oro. 


La Bolera de los Moros

Y llegamos al Mirador de Santa Catalina donde nos esperan unas de las vistas más impresionante que pudiéramos esperar. Abajo el río Deva y el Desfiladero de la Hermida, y rodeándonos, majestuosas montañas en una de las cuales podemos ver el pueblo de Tresviso y parte de la subida desde Urdón.









Tenemos que dar la vuelta y lo hacemos por el mismo itinerario que la subida.


Piñeres

Cicera
No queda más que hacer una pequeña recomendación, Nosotros hicimos la ruta temprano y fue un gran acierto. Es tal la cantidad de personas adultas y niños que nos encontramos cuando bajábamos que se hacía imposible guardar las medidas de seguridad recomendadas y con ello nos evitamos el cabreo de ver la poca importancia que se le da a la actual situación de pandemia, cuando hay personas que parecen ir al "choque" en lugar de evitarlo.


La ruta en el mapa del IGN

Perfil de la ruta
Han sido 2,42 kilómetros en 2 horas y 10 minutos, incluidas múltiples paradas para observar las figuras y hacer fotografías.
Ganancia en altitud 239 / -239 metros.
Pendiente máxima 57,0 / -41,9 %
Pendiente media 18,6 / -18,4 %
Altura máxima y mínima 758 / 546 metros.
Hicimos la ruta el día 26 de junio de 2020

.- Las descripciones de los seres mitológicos de la ruta, son copia literal de los paneles que se encuentran al lado de cada uno de ellos.