VIVIR EL AIRE LIBRE: SENDA DE LA PERIDIELLA

domingo, 27 de noviembre de 2022

SENDA DE LA PERIDIELLA

Para llegar al comienzo de la ruta, saldremos desde el centro de Asturias por la autovía A-66 en dirección a Gijón, para desviarnos en Lugones hacia la A-64 hasta el enlace de Lieres, donde dejamos la autovía y continuamos por la carretera N-634 que nos llevará a Infiesto.

Esta ruta ya la conocemos con el nombre de Senda del río La Marea y la hicimos no hace mucho tiempo; pero gracias a Cienfuegos el Caleyeru, nos enteramos que había sido mejorada con muchas figuras que la hacen aún más atractiva, especialmente para los niños. (Y también para los mayores/niños)

Como sabemos que no es muy larga, decidimos aparcar en Infiesto y empezar a caminar por la carretera que va hacia Campo de Caso, para acercarnos a La Virgen de la Cueva.

En uno de los laterales de la Cueva, hay una puerta por la que salimos, e inmediatamente ya estamos en la Senda de la Peridiella.

Nada más empezar, ya encontramos la casa del Ratoncito Pérez. A él no le vimos pues bien podía estar llevando algún regalo a niños a los que habría caído un diente.

Las figuras se van sucediendo y son muchos los árboles habitados por los gnomos. No vimos ninguno de estos gnomos, pero la culpa ha sido nuestra por madrugar demasiado.

Algunas de las casas tienen más de un piso como sucede con las nuestras.

Hasta un Belén encontramos en el camino.

Es conveniente no ir siempre mirando al suelo, ya que, entonces, no nos enteraremos que nos vigilan desde lo alto.

Y tampoco hemos de olvidarnos que caminamos al lado de un hermoso río.

Hay de todo. Desde el vigilante medio oculto, la muchachada que nos observa con expectación, y hasta incluso, vimos una sirena que mira permanentemente al agua.

Hacia la mitad del recorrido, tenemos que caminar unos pocos metros por la carretera, donde tendremos especial cuidado.

Inmediatamente volvemos a la ruta y a las figuras.

Son tantas que se hace muy difícil hacer una selección para muestra.

Recordar que no solo haya que mirar al suelo, ya que si levantamos la mirada, veremos que estamos siendo vigilados.

Llegamos al final de la ruta y damos la vuelta por el mismo sitio hasta la localidad de Infiesto, donde no queda más remedio que aprovechar un día tan soleado, para sentarnos en una terraza y tomar una cervecita, mientras recuperamos y comentamos todo lo que hemos visto.