Una bonita y sencilla ruta para un soleado y frío día otoñal y hacer tiempo antes de la comida.
Para llegar al comienzo de la ruta saldremos desde el centro de Asturias por la autovía A-66 para enlazar con la autovía del Cantábrico en dirección a La Coruña. La abandonamos en el enlace de Canero, Queruas, Busto y nos dirigimos a esta última localidad.
Ya dentro del pueblo seguimos las indicaciones que nos señalan a las escuelas, donde tenemos bastante sitio para aparcar nuestro vehículo.
Salimos del patio de la escuela y caminamos en dirección oeste, alejándonos del pueblo por camino entre fincas de labranza, hasta llegar a un poste indicativo que nos señala hacia Canero al frente y a la derecha al cabo Busto. Vamos a continuar de frente un centenar de metros hasta un pequeño mirador desde el que tenemos una extraordinaria vista de la playa de La Cueva. Es la ensenada de Canero y lugar donde desemboca el río Esva, que fue objeto de otra ruta.
Una vez admirada la playa, volvemos sobre nuestros pasos y ahora giramos a la izquierda para continuar la ruta, con el mar a nuestro lado y atravesando un hermoso pinar que más adelante convive con los eucaliptos y los castaños, y siempre guiados por las señales blancas y amarillas.
Una bajada nos lleva a un pequeño puente de madera y, a continuación, una pequeña pero buena subida por sendero hasta llanear en camino ancho.
Al llegar al final de la subidita, si vamos hacia la izquierda llegaremos a la playa de Bozo y luego tendremos que dar la vuelta, pero la senda continua a la derecha y casi a continuación a la izquierda para llegar rápidamente al mirador Monte del Cabo desde donde podemos ver la playa de Bozo y los grandes acantilados que la cercan.
Seguimos en llano, admirando el hermoso paisaje, siempre al lado de los impresionantes acantilados que configuran el cabo, y tras varios miradores, llegamos al faro del cabo Busto.
Tan pronto miramos al faro, como a la playa del Cabo que tenemos a nuestros pies, como pasamos el tiempo mirando como faenan los barcos con, aparentemente, no demasiada suerte.
Continuamos caminando pegados al precipicio y pasando por varios miradores hasta llegar a Punta Arenoso.
Aquí la senda nos lleva hacia el interior en clara dirección al pueblo.
Cuando llegamos a las primeras casas, las señales tratan de volvernos al mar pero nosotros optamos por adentrarnos por las estrechas calles y conocer un poco mejor la localidad.
Llegamos a la flecha que nos indica a las escuelas y allá nos dirigimos para dar por finalizado nuestro paseo.
Han sido algo menos de siete quilómetros para una estupenda mañana.
La ruta se realizó el día 2 de diciembre de 2013.
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