lunes, 3 de septiembre de 2012

RUTA URDÓN - TRESVISO

Tomamos la autovía A-64 en dirección a Santander y al llegar a Villaviciosa continuamos por la Autovía del Cantábrico (A-8) hasta Llanes, donde continuamos por la N-634 hasta Unquera. Allí seguimos por la N-621 hasta llegar a Urdón al final del Desfiladero de La Hermida.
Estacionamos nuestro vehículo en el pequeño aparcamiento que hay al lado de la entrada a la Central Hidroeléctrica.



Comenzamos a caminar por la pista que hay al lado del aparcamiento, que al principio es llana y en muy buenas condiciones para caminar.



Varios murales nos resumen lo que nos vamos a encontrar, así como la historia de la ruta.





La construcción del camino Urdón - Tresviso se remonta a mediados del siglo XIX, una vez que se conoce la existencia de cinc en el Macizo Oriental de los Picos de Europa. En este periodo las empresas mineras comienzan a abrir vías de acceso necesarias para transportar el mineral extraído en las Minas de Ándara hasta el cauce del río Deva, en el Desfiladero de La Hermida, donde se cargaba en barcazas de fondo plano que lo conducían hasta Unquera. Una vez en Unquera, el mineral era cargado en buques para ser enviado a Bélgica, Alemania y Reino Unido, aunque en ocasiones era transportado en ferrocarril para ser embarcado en Santander. 
El descenso de mineral desde Ándara hasta La Hermida se realizaba tanto por el camino de Beges como por el de Tresviso - Urdón. Es a raíz de la realización de este último cuando se explotaron temporalmente unos indicios de sulfuros y carbonatos en los Invernales de Prias, de los que aún quedan como testigo algunas bocaminas.
El mayor inconveniente de la explotación de esas minas fue el transporte del mineral ya que Agustín Mazarrasa, director de las minas del mismo nombre y quien mandó construir el camino de Tresviso a Urdón, prohibió la utilización de éste a la sociedad que explotaba las minas de Tresviso. Para salvar este obstáculo se instaló un cable que, accionado por una especie de noria movida por bueyes, bajaba el mineral y subía los víveres y utensilios mineros. El mecanismo de la noria de la que aún quedan vestigios, estaba situado en Cotero la Cruz (la última curva importante según se accede a los Invernales de Prias, inmediatamente por encima del Balcón de Pilatos). Con un poste intermedio de carga y descarga (algo después de La Bargona), el cable finalizaba a un quilómetro y medio de Urdón. (Copia literal del panel anterior)


Central Hidroeléctrica



Al principio de la ruta pasaremos varias veces de uno a otro margen por unos buenos puentes.




Por tres veces hemos de traspasar otras tantas portillas que tenemos que dejar cerradas.




En la primera parte de la ruta, que aún no se empina demasiado, la vegetación es muy variada y encontramos higueras, avellanos, sauces, laureles y muchos otros árboles y arbustos.




Pronto comienza la verticalidad de la senda con un continuo zig zag y piso de piedra suelta que hacen más dificultoso el caminar.




Barranco del río Urdón

Arriba el Balcón de Pilatos

Barranco del río Urdón




Muchos metros más arriba y cuando estamos cerca de terminar el pedregoso camino llegamos al Balcón de Pilatos que nos ofrece la visión de un precipicio extraordinario, en cuyo fondo discurre el río Urdón.


Balcón de Pilatos


Poco después la pendiente se suaviza hasta convertirse en llana y sin piedras sueltas en el piso, para acercarnos a los Invernales de Prias.



Boca de mina abandonada
En los invernales volvemos a encontrarnos con un nuevo tramo de fuerte pendiente en zig zag.




Ya estamos a punto de llegar a Tresviso, pero antes hemos de pasar al lado de un bonito mirador hacia la ruta.


Mirador de Tresviso

Unos pocos metros por camino enlosado y estamos en el bonito y cuidado pueblo de Tresviso (Cantábria)

Tresviso

Iglesia de Tresviso

Un vistazo hacia el monte Cueto Cerralosa que será objeto de una próxima visita.



La ruta es bastante dura, tanto por la fuerte pendiente que tiene (Urdón se encuentra a 95 metros sobre el nivel del mar y Tresviso a 925 m.), como por el tipo de camino de piedras sueltas.
Este piso de piedras castiga las articulaciones de las piernas mucho más en la bajada.
Los paneles de la ruta indican que la distancia es de 5,8 km. (11,6 ida y vuelta) y mi GPS señala 6,3 km. desde el aparcamiento de Urdón hasta el bar de Tresviso.
En la subida he empleado 2 horas y 20 minutos y en la bajada, que es por el mismo sitio, 1 hora y 50 minutos.


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