Hace tiempo, cuando encauzaron el río, al quitar la vegetación de ribera para hacer las obras, volvieron a plantar gran cantidad de árboles frutales de muchas especies.
Ahora, desde hace algún tiempo, se ven los frutos de aquella acción, que yo he seguido durante varios meses para hacer este reportaje.
Las cerezas no son grandes, ni demasiado dulces, ya que los cerezos son, creo, silvestres y no fueron injertados.
Oigo decir a algunas personas que estas cerezas no valen nada, pero yo les digo que pregunten a los tordos, petirrojos, gorriones, jilgueros y demás parientes, si valen o no valen.
A mi me gusta que estén ahí y verlos cada año, cuando llega la primavera, observando como vuelve la vida después del invierno.
Buffff! Acabo de quedar impresionada por la belleza tan detenida de este árbol hermoso en todas sus fases, aunque reconozco que la de la floración es impresionante. Unido a una música muy adecuada y bonita, todo un reportaje estupendo. Enhorabuena!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, como siempre muy cariñoso.
EliminarUn abrazo.
Pues si que presta ver las cerezales silvestres, llenas de cerezas, y ahora que nosotros comemos lascinjertadas, los tordos como bien dices se ponen las botas.
ResponderEliminarMuy guapo reportaje,
Un saludo.
Están los árboles preciosos tanto con la flor como con las cerezas, y los pájaros, como bien dices, se ponen las botas, así como alguna que otra persona con su bolsita de plástico cargada.
EliminarUn saludo