Para
llegar al comienzo de la ruta, saldremos desde el centro de Asturias
por la autovía A-66 en dirección a León, para abandonarla en Olloniego y
continuar por la AS-244 hasta Langreo donde seguiremos por la AS-117
hasta Rioseco en el concejo de Sobrescobio. Al poco de entrar en la localidad, aparcamos a la derecha delante de la biblioteca.
En el lugar donde aparcamos, vemos paneles de las distintas rutas que se pueden hacer por el concejo.
Hace algunos años que hicimos algunas y ahora vamos a hacer una nueva en la que tocaremos algunas de ellas.
Comenzamos a caminar cruzando la carretera y siguiendo una pista de hormigón, que está indicada con muchas flechas con el nombre de Camín del Acéu, y que presenta una fuerte pendiente de subida.
Llegamos a una parte llana donde se juntan varios caminos y nos vamos por el del frente, puesto que los otros dos nos devolverían a Rioseco.
El Acéu |
Cruzamos una portilla y continuamos por un camino de piedra que nos va elevando y que pertenece tanto al Camín del Acéu como al Camino Real de Sobrescobio.
Como no puede faltar en nuestras salidas, ya encontramos barro.
Encontramos una bifurcación que nos ofrece ir a la derecha, en llano, hacia el Barranco de Anzó, pero nosotros continuamos subiendo, por el PR AS 122.
La altura ya nos permite ver el pantano de Tanes.
Pantano de Tanes |
Continuamos siempre por el mismo camino, mientras vamos pasando al lado de alguna cuadra y de un depósito de agua, a la vez que podemos ver abajo a nuestra derecha el Barranco de Anzó.
Barranco de Anzó |
Encontramos una pista ancha que nos permitirían dar la vuelta hacia Rioseco, pero nosotros continuamos . . .
y en pocos metros dejamos la ruta PR AS-122 que se dirige a Gamonal, para seguir al frente.
La pista se convierte en hormigonada, lo que nos indica que la pendiente va a ser importante y a lo lejos, en lo alto, vemos la majada de Pumarín.
Llegamos al lugar El Caneyu, con unas buenas y cuidadas edificaciones.
El Caneyu |
Y en pocos minutos pasamos por el caserio de Rebollosa, con una sola cabaña y unas rústicas maderas que nos indican donde nos encontramos.
Rebollosa |
La pendiente es importante y mientras recobramos el aliento, miramos hacia atrás y obtenemos una buena visión del Cullargayos y del Retriñón.
Llegamos a la hermosa de Pumarín con su gran charca y las cabañas en perfecto estado y seguimos por un camino que va girando hacia el oeste, casi en llano.
Pumarín |
Y como no podía ser de otra forma, lo inevitable llega en forma de mucho barro, sin posibilidad de evitarlo.
Pasa la parte mala de cada ruta y vamos ahora por buen camino hasta llegar al Collado Unquero, donde recuperamos el PR AS-122 que habíamos dejado hace tiempo.
Collado Unquero |
Al comienzo de la bajada, paramos a reponer fuerzas junto a las ruinas de una cabaña, donde encontramos hermosas piedras planas para sentarnos y hasta un tablón haciendo de banco entre ellas.
Villamorei y pantano de Rioseco |
Da pena abandonar el lugar pero hay que hacerlo y es cuando nos percatamos de la presencia de un Belén y la sorpresa de que todas las figuras se encuentran sin cabeza.
Tenemos que dar un rodeo para poder pasar, ya que la pista se encuentra anegada de barro y agua.
El camino es riachuelo pero vamos un rato por él, con el fin de limpiar las botas que sufrieron el paso por el barro entre la majada Pumarín y el Collado Unquero.
Bajamos rápidamente por buenos caminos y buena pista hasta retornar al punto de partida en Rioseco.
La ruta es muy bonita, con la excepción de las zonas de barro, pero lo peor del día fueron las 34 grados de temperatura que sufrimos.
La ruta en el mapa del IGN |
Perfil de la ruta |
Han sido 11,6 kilómetros en 5 horas y 29 minutos.
Ganancia en altitud 798 / -798 metros.
Pendiente máxima 34,9 / -37,1 %
Pendiente media 11,4 / -13,1 %
Altura máxima y mínima 1012 / 390 metros.
Tiempo en movimiento 4 horas y 15 minutos.
Hicimos la ruta el 31 de mayo de 2019
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