Comenzamos a caminar en el lugar donde habíamos finalizado la etapa anterior, es decir en Irago de Arriba, poco más de un kilómetro después de Vilamor, y a unos cinco kilómetros de Melide.
Estos cinco kilómetros se hacen muy pesados, ya que son todos por asfalto.
Cruzamos Melide sin entrar en el centro, y ya vamos tomando algunos caminos de tierra.
Cruceros, iglesias y cementerios son abundantes en nuestro camino.
Nosotros vamos ilusionados recordando nuestro paso en Caminos anteriores y saboreando que es lo próximo que nos encontraremos.
Las corredoiras y los bosques se van sucediendo haciendo muy agradable la marcha.
Dejamos el concejo de Melide y entramos en el de Arzúa, aunque aún nos faltan bastantes pasos para llegar a la localidad de Arzúa.
En esta etapa son varias las áreas de recreo y todas ellas bien cuidadas, donde se puede hacer un alto en el camino.
Llegamos a Boente y a su iglesia de Santiago, donde sorprenden varias lápidas a la misma puerta de la iglesia. Una de las pocas iglesias que se encuentran abiertas y con el sello a disposición de los peregrinos.
Es una buena hora para alimentar el cuerpo.
Uno se encuentra con cosas muy variadas en su caminar, como esta señal en el bosque que nos indica la dirección hacia una pensión rústica, mientras la imaginación nos encamina a una película de misterio.
Nuestro siguiente lugar de paso es por Ribadiso y no podemos dejar de maravillarnos por los cambios experimentados desde nuesto primer paso en el año 1993.
Y desde Ridadiso nos queda una buena subida para llegar al final de la etapa en Arzúa.
Bonita y sencilla etapa que nos va acercando a Santiago.
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| La ruta en el mapa del IGN |
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| Perfil de la ruta |
Han sido 18,76 kilómetros en 5 horas y 17 minutos.
Ganancia en altitud 420 / -476 metros.
Pendiente máxima 26,9 / -20,4 %
Pendiente media 4,0 / -5,0 %
Tiempo en movimiento 4 horas y 16 minutos.
Altura máxima y mínima 483 / 310 metros.
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