Como todos los años cuando están a punto de llegar las Navidades, buscamos un lugar donde dejar, provisionalmente, nuestro Nacimiento, y decidimos darnos una vuelta por el pico Triguero como cumbre más alta del cordal de Peñamayor.
Y allí, mientras yo giro para contemplar las cumbre a la vista, desde Peña Mea hasta Picos de Europa, pasando por las Ubiñas, la Sierra del Aramo y la del Sueve, mientras pienso la gran cantidad de montes que aún nos quedan por coronar. . . . .
. . . . María Teresa busca piedras y hace con sus manos una cueva donde albergar nuestro particular belén de cumbres.
Adiós belén, hasta dentro de un mes.
Preciosa la cumbre, el belén y la costumbre. Un abrazo
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Paloma.
ResponderEliminarUn abrazo