domingo, 5 de abril de 2020

LA COMIDA



Corría el año 1993 y comenzaba el auténtico despegue del Camino de Santiago. El año anterior habían llegado a Compostela algo más de 9000 peregrinos y este año serían 99436.
Nosotros, sin conocer nada del Camino, pero guiados por la curiosidad, emprendemos la marcha por el Camino del Norte, que era lo que veíamos cuando pasábamos en coche por las carreteras del occidente de Asturias.


Las señales eran más bien escasas y sirva como ejemplo que fue el año que colocaron las famosas cruces en el concejo de El Franco.
Y llegamos al día 15 de agosto, en el que vamos a hacer una etapa entre Arzúa y Lavacolla, que resultó de 30,5 kilómetros, penúltimo día para llegar a Santiago.

Llegamos al pueblo de Pedrouzo a las 13.30 horas y, como hemos de seguir caminando por la tarde, buscamos un lugar para comer y entramos en un bar casi al final del pueblo. 
Ya se encontraba bastante lleno de personas comiendo y preguntamos si podíamos hacerlo nosotros. La respuesta nos dejó perplejos:
.- "No damos más comidas porque es tarde."
.- "¿Puede darnos una tapa de embutidos o queso?"
.- "No damos más de comer por hoy."
Nos marchamos a otro bar cercano, donde no tuvimos ningún problema.


Ahora viene la segunda parte de la historia.
No estoy seguro si fue en el año 2004 o en el 2009, cuando, haciendo de nuevo el Camino, pero esta vez por otra ruta diferente, volvemos al mismo pueblo pero esta vez unos minutos después de mediodía. Tal vez por curiosidad, o tal vez por morbo, vamos al mismo bar de la vez anterior para ver que sucedía.
.- "Buenos días, quisiéramos comer algo si es posible."
.- "Es muy pronto y no damos comida."
Pasamos en más ocasiones por este pueblo, pero nunca más volvimos a ese bar.




2 comentarios:

  1. No me extraña...qué repugnantes! Pues mira que en Galicia normalmente dan de comer sin problema,pero te encontraste con los raritos. Un abrazo y cuidaros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Paloma.
      Son muchos los Caminos de Santiago que tenemos en nuestras piernas y tengo que decir que siempre nos trataron de forma exquisita y en los próximos días pondré un ejemplo de ello. Esta fue la excepción.
      Un abrazo para vosotros y que nos veamos pronto por las montañas.

      Eliminar