Cuando hace un par de meses realicé la ruta del VALLE INVISIBLE para comprobar los esfuerzos que están haciendo desde la Asociación "El perru de San Roque", para hacer una nueva senda que haga visible su pueblo, me encontré con un lugar del que quedé prendado de inmediato.
Ahora, vuelvo para pasear por este lugar, en el que ya se han producido algunos cambios.
Desde el cementerio de San Roque del Acebal (Llanes), bajo hacia la riega del Toyu y lo primero que me encuentro es un gran macizo de hortensias y el cauce del arroyo La Llanzuca sin agua, puesto que se ha filtrado en la tierra un poco más adelante y no reaparecerá hasta más tarde, para incorporarse en el arroyo El Toyu.
Voy caminando por el cauce vacio, dentro de un precioso bosque, donde solo se escuchan los cantos de los pájaros y mis pisadas en las hojas de los árboles, que me anticipan la nueva estación, para llegar pronto al lugar donde las aguas desaparecen.
Continuo, y al canto de los pájaros se incorpora el sonido cantarín del agua que salta entre las piedras, y es cuando mi vista se desvía para contemplar una escultura en madera de mamá osa con tres esbardos en sus brazos.
Sigo remontando, y el arroyo se vuelve más ruidoso en sus saltos, como preludio de la cascada con la que me voy a encontrar, y con la XANA que lava permanentemente sus piés.
Un último vistazo al bosque y continuo por una ancha pista de tierra, para retornar al punto de partida.
Ha sido un paseo de un kilómetro, en el tiempo que cada uno quiera hacer.
Una ruta de la que nada sabía. La tendré en cuenta. Gracias por la info.
ResponderEliminarUn saludo